sábado, 23 de febrero de 2013

El terrible monstruo de los ojos amarillos






¿Qué es un monstruo? Un monstruo es un ser extraño, totalmente inexistente. O quizás no tanto…

Roberto estaba en su habitación echándose la siesta, como de costumbre. Estaba soñando con un terrible ser, una bestia, un monstruo de ojos amarillos. Soñaba que se encontraba solo en un bosque de hayas y robles cuando se encontró al monstruo de los ojos amarillos. Cuando el ser estuvo a punto de hacer algo, un ruido extraño le sobresaltó.

Roberto se levantó de la cama y fue a la cocina donde se encontró a su madre, Pilar, aterrorizada y asustada. Tras unos segundos de perplejidad, Roberto le preguntó a su madre: 

    -  ¿Qué ha ocurrido aquí?
La mujer le contestó:
    -   U, u, u, un…monstruo.
    - ¿Cómo?- respondió Roberto.
    -  Ha entrado, ha ido al baño y se ha marchado.- balbuceó la pobre señora.

Como el chico no entendía nada, se fue a la farmacia a comprar unas pastillas calmantes para su madre.

Al llegar al local, una mujer recibió a Roberto muy amablemente. La señora le preguntó:
    -    ¿Qué deseas hijo?
    -   Quería unas pastillas calmantes.- contestó el chico.
    -    Muy bien, aquí tienes.-dijo la farmacéutica.
    -    Muchas gracias -le agradeció el muchacho.

Al salir de la farmacia, Roberto se dispuso a ir a su casa. De camino a su hogar pensaba en lo que su madre dijo. Mencionó algo de un monstruo y del baño. Quizás, hablaba de la criatura de sus sueños. El monstruo de los ojos amarillos.

Al llegar a la casa, le dio las pastillas a su madre, que ya estaba más tranquila y se fue a ver la televisión. Al encenderla, puso su canal favorito, pero cuando ya estaba sintonizado, vio una serie de dibujos animados que nunca había visto. Sus personajes parecían muy reales. Observando un poco el tema de la historia, vio que la serie trataba de un niño que iba con sus padres a un bosque y se perdía. Pocos segundos después, el televisor se apagó sin más. Roberto se quedó un poco extrañado porque todo aquello que vio le recordaba a algo pero no sabía qué era exactamente.

Al día siguiente, Roberto se levantó de la cama, se vistió y bajó las escaleras. Al entrar en la cocina, encontró a su madre tranquila y normal, como si no hubiera pasado nada. El chico le preguntó: 

    -  ¿Qué tal?
    -  Bien, como siempre- respondió Pilar.

Roberto estaba extrañado de que su madre estuviera tan tranquila después de lo de ayer, así que el muchacho le preguntó a la mujer:

    -  ¿Cómo es que estas tan tranquila después de lo del otro día?
    -    Ah, eso, es que creo que fue producto de mi imaginación- respondió la señora.

Roberto, desconcertado, se tomó su desayuno y se dirigió a la escuela.

Después de una dura mañana de trabajo, el muchacho se dirigió a su casa, pero esta vez, con su amigo Pablo. Pablo era un niño de estatura media, de pelo negro y muy activo. Mientras iban juntos a sus respectivos hogares, Roberto le contó a su amigo lo que pasó la otra tarde y lo que vio en la televisión. Su compañero le contestó:

    -     Es muy raro, que yo sepa, no existen los monstruos. Además nunca había visto esa serie de dibujos animados.
    -     Pues yo lo vi sobre las cinco y media. ¿Qué tal si pones la televisión a esa hora en el canal de dibujos?- sugirió Roberto.
    -     Muy bien, lo haré para que así nos contemos lo que vimos cada uno- le dijo Pablo.

A continuación, se despidieron y se dirigieron cada uno en su casa.

Al dar las cinco y media, Roberto puso la televisión en el canal de dibujos y esperó. Pasados cinco minutos, el chico volvió a ver las imágenes del niño, que seguía en el bosque. Roberto se quedó pasmado observando. El chico andaba por un camino cuando se encontró una cueva en la que entró. Allí dentro, halló a un ser, era, era... ¡el monstruo de los ojos amarillos! El muchacho no podía creer lo que veía, la criatura era idéntica a la de sus sueños. 

Dos horas más tarde, Roberto fue a ver a Pablo para contarle lo que vio. Estaba impaciente por explicarle cada detalle del niño y del monstruo, en caso de que no lo hubiera podido ver.

De camino a casa de su amigo, se encontró con su profesor de matemáticas, Don Juan Carlos. Roberto se quedó asustado, pues ese era el peor profesor de todos. La leyenda cuenta que hubo una vez un niño que sacaba todo ceros, entonces, don Juan Carlos se hartó tanto que lo raptó y lo encerró en el sótano de su casa. Roberto sintió un escalofrío que le recorrió el cuerpo entero, así que decidió tomar otro camino.

Siguiendo por la avenida principal, el muchacho llegó a casa de Pablo. Al llamar al timbre, la madre de su amigo salió a abrirle y le saludó muy amablemente. Roberto entró a la casa y vio su amigo sentado en el sofá. El muchacho le dijo:

    -     Hola, Roberto.
    -     Hola, ya sabes a lo que he venido- dijo Roberto.
    -     Sí, de eso quería yo hablarte. No he visto nada de lo que tú me dijiste- contestó Pablo.
    -      ¿Cómo es posible? Yo sí que lo vi – le dijo Roberto.
    -     En ese caso cuéntame lo que viste tú- exigió su amigo.
    -     Muy bien- dijo Roberto.- Aparecía el niño otra vez en el bosque, encontró una cueva y en ella estaba el monstruo de mis sueños. –le contó Roberto.
    -     ¡No es posible!- exclamó Pablo.
    -     Sí que lo es, de hecho creo que el bosque de la serie es el que hay en la Gran Montaña- dijo Roberto.
    -     Puede ser, si es así, vayamos allí- sugirió Pablo.
    -     Pero, ¿cómo lo vamos a hacer?- preguntó Roberto.
    -     Muy fácil, mis padres y yo tenemos planeado un viaje de cuatro días a esa misma montaña- dijo su amigo.
    -     Eso está muy bien pero, no se si mis padres me dejarán…-se lamentó Roberto.
    -     De eso se encarga mi madre, estoy seguro de que conseguirá convencer a tus padres- dijo Pablo.
    -      Eso espero-suspiró Roberto.

Así, una semana más tarde, Roberto y la familia de Pablo se fueron de excursión a la Gran Montaña.

Tras cuatro interminables horas viajando en coche, los dos amigos llegaron a las montañas. Los colores de las hojas de los árboles, teñían los montes de bellos colores. Parecía un paisaje de ensueño. Este espectáculo dejó deslumbrados a los dos muchachos.

Al llegar al albergue forestal de la Gran Montaña, los chicos subieron a sus habitaciones para planear cómo encontrar aquella cueva. Decidieron que cogerían un mapa e irían mirando gruta por gruta hasta encontrar la correcta. Como ya estaba anocheciendo, tendrían que esperar al día siguiente para llevar a cabo su plan.

A la mañana siguiente, Roberto se levantó con un poco de pereza. Se lavó, se vistió y bajó a desayunar a la cafetería del albergue. Al entrar por la puerta se encontró a Pablo y a sus padres ya desayunados. 

-       Que, ¿se te han pegado las sábanas?- preguntó Pablo.
-       Sí, un poco- contestó Roberto.
-       Anda Roberto, desayuna algo- le dijo la madre de su amigo.

Después de desayunar, los dos amigos se reunieron y decidieron que saldrían dentro de media hora.

-       Una cosa, tendremos que decirles a tus padres que nos vamos, y a lo mejor no nos dejan- dijo Roberto.
-       No pasa nada, nos iremos sin que se enteren- dijo Pablo.

Y así los dos muchachos emprendieron la búsqueda de la cueva.

Los dos amigos se adentraron por el bosque siguiendo el mapa. Tras caminar durante media hora, llegaron a la primera cueva. Al parecer, se llamaba la “Cueva de los dos osos”, pero Roberto sabía que aquella no era la que andaban buscando. Después de otras cuatro grutas incorrectas, llegaron a la cueva del camino número tres, la “Cueva de la Fantasía”. Roberto se quedó mudo cuando la vio. No lo podía creer, era la que andaban buscando. 

Roberto dijo:
-       ¡Es esta, Pablo!
-       ¿En serio? – le preguntó Pablo.
-       Sí, te lo prometo – dijo Roberto.
-       Pues entonces hay que entra ya – se entusiasmó Pablo.

Y totalmente decididos, se adentraron con un par de linternas a ese oscuro agujero.

Ya habían andado unos metros, cuando vieron un cartel que decía: “No salir del camino marcado con flechas. No cruzar por los caminos marcados con X”. Roberto dijo: 

-       Hay que ir por este camino.
-       Pero está marcado con X – dijo Pablo.
-       No te preocupes, nadie nos pillará- le tranquilizó Roberto.

Y así, se adentraron por ese camino.

Todo estaba oscuro, pero en apenas tres minutos ya llegaron al final. Se encontraban en una especie de sala muy grande. En el centro, había dos grandes cofres cerrados, uno con una cerradura de plata y otro con una cerradura de oro. También había una llave y una nota que decía: “Si queréis desvelar el secreto, tendréis que introducir la llave en uno de las cerraduras. En uno de los cofres hay joyas, mucho oro y la respuesta, pero el otro contiene la MUERTE”

Roberto y Pablo estaban asustados ya que si abrían el incorrecto…Tras unos tres minutos, Pablo recordó una película donde la verdadera respuesta de un problema parecido, estaba en las paredes. Con esta pista, los muchachos decidieron inspeccionar las paredes. Ya llevaban un buen rato buscando cuando Roberto exclamó:

-       ¡Mira esto!
Pablo fue corriendo a ver lo que pasaba.
-¿Qué ocurre? – preguntó Pablo.
- Mira, si aquí unes estos puntos de esta manera, aparece una figura muy extraña. – dijo Roberto.
- Sí, es posible que sea ese monstruo tuyo – dijo su amigo.

Unos instantes después Roberto exclamó de nuevo: 

-¡Ya lo se!
- ¿Qué? – preguntó Pablo.
- ¡Todo! Si además mueves estos dos puntos amarillos aparece la silueta de la bestia.- explico Roberto.
- ¡Es increíble! – dijo Pablo entusiasmado.
- Pero todavía tenemos que averiguar dónde se mete la llave – dijo Roberto.
- ¡Eh, mira! ¿No ves que aquí hay una piedra rara?- preguntó Pablo.
- Sí – respondió Roberto.

Y sin querer, Pablo tropezó y le dio con la mano a la piedra. Con el golpe, la piedra se cayó dejando así descubierta una tercera cerradura.

-       Mira, Pablo – dijo Roberto.
-       ¿Qué? – preguntó Pablo.
-       ¡Has descubierto otra cerradura! – contestó su amigo.

Los dos muchachos estaban fascinados. Roberto dijo:

-       Es obvio que hay que meter aquí la llave.

Y totalmente seguros de sí mismos, metieron la llave en la cerradura. A continuación le dieron dos vueltas y después… ¡Un terrible ruido sonó por toda la sala!



Roberto se despertó sobresaltado. No comprendía nada. ¡Se encontraba tumbado en su cama! En poco tiempo, Roberto comprendió que se trataba de un sueño o algo parecido. Quizás el secreto del monstruo todavía no debe de ser desvelado…pensó Roberto.


martes, 8 de mayo de 2012

Historia encadenada

  
   

  Era un atardecer dulzón, uno de esos ocasos que nos insinúan el comienzo del otoño. Las personas caminan resignadas a sus casas después de un largo día de trabajo, conscientes de que queda todo un año para poder disfrutar de otro verano…

     Pero Don Cibilón estaba muy contento. Era la única persona de todo el barrio al que le encantaba trabajar. Entonces se tiró en su cama para descansar un rato. 

        Durante todos estos largos años de satisfactorio trabajo, a Don Cibilón le gustaba mucho relajarse un poco a la hora de la siesta y en estos días de vacaciones, tampoco había perdonado este maravilloso ritual. Siempre, a lo largo de su dilatada vida profesional, las mejores ideas se le ocurrían a la española hora de la siesta...Por cierto, ¿sabéis cual era la profesión de nuestro héroe?... 

          Pues si os digo la verdad, él es desinfectador tanto de viviendas como de jardines. Aunque parezca un trabajo aburrido y desagradable, a Don Cibilón le encanta este trabajo. 

           No cambiaría por nada del mundo esas caras de alivio, después de que una profunda fumigación en el desván, preceda las palabras más dulces y tranquilizadoras que puede escuchar un aterrorizado cliente.

-¡Ya está, queda limpio de ratones!

-¡Ufff..., menos mal! Muchas gracias Don Cibilón.

-Nada, nada. Este ha sido un trabajito muy sencillo. ¡Si yo le contara las plagas que he tenido que eliminar!

-Cuente, cuente (requirió intrigado el satisfecho cliente).

-No sé, no sé. Algo me dice que no está usted preparado para escuchar tan aterrador relato, le aseguro que gentes muy valientes han temblado de pavor al prestar oídos, y desde entonces nada les parece lo mismo.

         El cliente cada vez estaba más y más intrigado, a tal punto llegaba su curiosidad, que Don Cibilón intuyó que al buen hombre ya se le había olvidado la plaga de roedores.

Entonces don Cibilón empezó a contar su historia:
- Era una noche oscura y aterradora y yo me dirigía a la casa de un cliente. La verdad es que me había retrasado. El cliente decía que tenía una plaga,pero no de ratones si no de… ¡termitas! Pero no eran unas termitas cualquiera si no...
¡Unas enormes termitas de dos metros de largo!

- ¡Arg!, - exclamó el cliente.

-Pero no solo eran distintas a todas las termitas conocidas por su desmesurado tamaño, ni por su aspecto feroz, enfatizó nuestro héroe.

-Lo realmente raro, era lo mal habladas que eran. No se puede imaginar las palabrotas que salían entre sus cuernos curvados a ambos lados de la boca, le puedo asegurar que aún hoy, retumban en mi cabeza.

-¡Termitas gigantes mal habladas! Reflexionaba el sorprendido cliente.



- Además, resulta que un día me di cuenta de que las termitas no eran de la Tierra si no que eran termitas extraterrestres, que una vez se encontraron una radio en el espacio. Como oían muchas palabrotas en una de las emisoras, ellas las copiaban.


-¡Se encontraron una radio! Exclamo pensativo el cliente.

-Si, según me contaron ellas mismas, durante una misión de reconocimiento en un planeta no muy lejano, se encontraron una nave espacial orbitando majestuosamente…

-¿De que planeta se trataba? Interrumpió el cliente.

-Pues no recuerdo, ¡tengo una memoria de gallo!. Bueno, el caso es que dentro de la nave se encontraron de todo, revistas, libros, galletitas energéticas y una radio entre otras muchas cosas. 


   Bueno, como usted se imaginará, decidí entrar en acción y exterminarlas. Cogí todo lo necesario y bajé las escaleras que conducían al sótano. Cuando llegué al final me quedé estupefacto con lo que había visto y casi pierdo el control de mí mismo.


   -Cuente, cuente….

   - Pues la imagen era dantesca, las impresentables termitas celestes, se encontraban disfrazadas de sevillanas, con unos vestidos de volantes adornados por estampados de puntos en color rojo.

-Jua, jua ¿sevillanas?

  - Sí, sí…y ¡fumando, bebiendo y soltando unas palabrotas dignas de pirata cojo!

-Y con parche en el ojo… je, je.



-Entonces, las termitas extrañadas, me examinaron y me apresaron. Cuando me desperté me encontré metido en una jaula y di un grito de miedo.

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaa!


- Me está tomando el pelo - aseveró el cliente.

-No, no… ¡ni hablar del peluquín! es cierto como que me llamo Cibilón. La mazmorra de palitroque, tenía unas dimensiones aproximadas de 3 metros de largo, por 2 de ancho y una altura de 3 metros. Se encontraba suspendida a unos 25 centímetros del suelo y cada vez que me movía se balanceaba como un péndulo, y como no podía dejar de gritar… daba la impresión que formaba parte de un reloj asíncrono.

-¿Y que sentido tiene colgar una jaula a solo 25 centímetros del suelo?- interrogó el cliente.


-Pues mire, simplemente para que me maree.

-¡Son realmente malvadas!

-Y que lo diga. Después, me sacaron de la jaula y me llevaron a una especie de juzgado de termitas. Allí decidieron lo que harían conmigo.

-En la vista no pude estar más desprotegido, como abogado defensor me asignaron una termita muy, muy vieja y con una sordera monumental. De leyes no tenia ni idea y la verdad no importaba demasiado, pues como no era de su especie, se empeñaron en no aplicarme ninguna ley.

-Pero entonces, ¿como le pudieron juzgar?

-A eso voy….simplemente me lanzaban improperios, se reían de mi y me torturaban a base de cosquillas por todo mi cuerpo, ¡un infierno!


- ¡No me lo puedo creer! No me hubiera gustado estar en su pellejo.

-Fue horrible pero, de repente, un ser muy extraño se presentó en medio del juicio.

-¿A sí? ¿De quien se trataba exactamente?

- Era una termita sorprendentemente elegante, más estilizada, con las fauces menos pronunciadas y sobretodo, transmitía la extraña sensación de ser mucho más educado y elevado.

- ¿Pero no decía usted que era un ser muy extraño? ¿qué tiene de extraña otra termita, por educada y resultona que sea? - espetó un tanto defraudado el cliente.
 

-Pues verá,era extraña porque era de color azul celeste,tenía cola,era más larga que las demás y mucho mas educada.-Dijo Don Cibilón.

-Aaaahh.Siga contando,por favor.-Dijo el cliente.Y Don Cibilón prosiguió con su historia:


-Bueno,el caso es que la termita se presentó educadamente:


-Buenas tardes amigos,dejenme presentarme,soy Termitón III y estoy aquí para defender a este terrícola inocente.-Dijo la termita.


La anciana termita que estaba a mi lado se tuvo que ir,un tanto molesta por miedo a que la sustituyeran.

-Espere.-Interrumpió de repente el cliente.- ¿Quiere que le traiga algo de beber y algo de comer, Don Cibilón?


-Pues si no le es mucha molestia si,por favor..-Respondió Don Cibilón,y el cliente se marchó a la cocina.
 

Al rato, el cliente se presentó con un vaso de zumo de naranja y unos frutos secos. -Aquí tiene Don Cibilón, dijo el cliente. -Muchas gracias señor, contestó Don Cibilón. Ahora prosigamos mi historia.

Como iba diciendo, Termitón III se presentó en medio del juicio. Pues bien, luego la super termita dijo: - Yo seré el abogado de este terrícola ya que su defensora se ha marchado.
 
 

lunes, 7 de mayo de 2012

Eventos Pokemon Global Link.

A mi me encantan los pokemon.



También, para los que le guste pokemon, aquí pondré noticias sobre Pokemon Global Link.


Consigue a dirling forma otoño para tu c-gear.


Para conseguirlo se necesita una contraseña que es:   AD3H7SN.



Consigue la apariencia de blastoise para tu C-gear.


 Su contraseña es:  EUPGL112011

  También podéis conseguir a banete y entablar amistad con el. Ojo porque se terminará el 7 de diciembre.

La contraseña que necesitáis es:  BANET3DJuegos. 

 Otro de los eventos de Pokemon Global Link es el de conseguir la apariencia de charizard para el C-gear
La contraseña es: EUPGL1020011

Ahora prestad atención al siguiente evento.
Podéis entablar amistad con un mamoswine .
 Su contraseña es: MAMNintendoAccion





Otro evento para los que tengan una cuenta en Pokemon Global Link consiste en la oportunidad de conseguir  nuevos diseños de invierno para redecorar tu casa..


Además, no tiene contraseña y no te costará ninguna baya.
Aviso: terminará el  1/ 3/ 2012 .





Este es otro evento de Pokemon Global Link en el que podréis conseguir la apariencia de un nuevo número de musical llamado carnaval pokemon.

                           La contraseña es: EUPGLMUSICAL11                     


 

martes, 10 de abril de 2012

El desenclavo

El  desenclavo es un acto que consiste en bajar a Jesús de la cruz.

Los hermanos desenclavadores de la cofradía, subidos a una escalera, se encargan paso a paso de bajar a Jesús de la cruz.

1º: Le colocan un sudario.

2º: Le quitan la corona de espinas.

3º: Le sacan los clavos.

4º: Poco a poco le bajan.

5º: Le tumban en el sepulcro.


                                                  
                                                    

El acto del Perdón

  El acto del Perdón  es un acto que se realiza todos los años.

Cuando la procesión del Perdón llega a la Catedral, el abad de la cofradía solicita el perdón para el preso.
Cuando el permiso es concedido, el abad se dirige a buscar al preso. Entonces le viste con la túnica de la cofradía y procesiona como un hermano más.

                                           

                                                       

Semana Santa de León

La Semana Santa de León es una de las más bonitas de España y está declarada de interés turísitico internacional.

La cofradía más antigua es del siglo XVI, se llama Cofradía de Nuestra Señora de Angustias y Soledad.


 Estas son algunas fotos que yo he hecho:

                                                            
                                            
                            Cofradía de Nuestro Señor Jesús de la Redención: Año de fundación:1991.




                                                                            Cofradía
  de las siete palabras de Jesús en la Cruz. Año de fundación: 1962.

 
                                                   
                                         Cofradía Santo Cristo del Perdón. Año de fundación: 1964.




       Cofradía Santo Cristo de la Bienaventuranza. Año de fundación: 1992.
                                                          



                                                              
                                                                              Cofradía 
                                               Cristo del Gran Poder. Año de fundación: 1994.

      
Todas las cofradías son estas:


Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad. 1578

Cofradía del dulce nombre de Jesús Nazareno.1611

Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Veracruz. 1612

Hermandad de Santa Marta y de la Sagrada Cena. 1945

Real Hermandad de Jesús Divino Obrero. 1955 (su banda es la más antigua de León)

Cofradía de las Siete palabrasd de Jesús en la Cruz. 1962

Cofradía Santo Cristo del Perdón. 1964

Cofradía de Nuestro Señor Jesús de la Redención. 1991

Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y el Silencio. 1991

Cofradía María del Dulce Nombre. 1991

Cofradía Santo Cristo de la Bienaventuranza. 1992

Cofradía Santo Cristo del desenclavo. 1992

Cofradía Santo Sepulcro- Esperanza de la Vida. 1992

Cofradía de la Agonía de Nuestro Señor. 1993

Cofradía de Nuestro Padre Jesús Sacramentado y María Santísima de la Piedad Amparo de los Leoneses. 1994

Cofradía Cristo del Gran Poder. 1994



Además, aquí en León, los cofrades se les llama, tradicionalmente, PAPONES.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Esta mañana


Hoy me he levantado y he desayunado. Como teníamos prisa se me ha caído el desayuno encima.

Cuando cogimos el coche se nos pinchó una rueda y por eso llegamos tarde a clase. 

Al llegar a clase me llevé una bronca del profesor. 
En Educación Física me caí de moros.

Al salir de la escuela, una paloma me cagó en la cabeza. ¡Qué asco!

Volvimos a casa en taxi pues nuestro coche tenía la rueda pinchada.

Al intentar abrir la puerta de casa nos dimos cuenta de que no teníamos las llaves y tuvimos que llamar a un cerrajero.

Finalmente, cuando entré en casa, me tiré en el sofá intentando no pensar en lo que había pasado.