LA VACA Y LA ORUGA
Un
día una vaca y una oruga estaban en el campo. De pronto se desató un
gran vendaval y entonces la vaca salió volando y la oruga se quedó en la
hierba comiendo una hoja.
¿Queréis saber por qué fue la vaca la que salió volando y no la oruga?
¿Sería una vaca voladora?
Pues… ¡no! Lo que ocurre es que la vaca era de goma.
¿Sabéis dónde aterrizó la vaca? Pues en China. Allí había un chino que se desmayó cuando la vaca aterrizó delante de sus narices.
Jua,Jua ¡que chino más cobarde!
ResponderEliminarSi yo veo una vaca volando igual tambien me desmayo.
ResponderEliminarHola soy la oruga y quiero aclarar que en realidad la vaca se tiro a posta encima del pobre chino.
ResponderEliminarVacas como esta son las que nos dan mal prensa a las comedoras de hierva.
P.D. las orugas escribimos hierba o hierva indistintamente. somos así.
ResponderEliminarNo me aclaro yo.
ResponderEliminar¿quien es la dichosa oruguita?
Oruguita Calleja, identifíquese!!! Jajaja!!!
ResponderEliminarYa se quien es.
ResponderEliminarEs mi primo Antonio.
tengo otro cuento del blog de 5
ResponderEliminarEL MAESTRO SUFI
El Maestro sufi contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma...
- Maestro – lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado...
- Pido perdón por eso. – Se disculpó el maestro – Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno.
- Gracias maestro.- respondió halagado el discípulo
- Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites?
- Sí. Muchas gracias – dijo el discípulo.
- ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?...
- Me encantaría... Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro...
- No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte...
- Permíteme que te lo mastique antes de dártelo...
- No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! Se quejó, sorprendido el discípulo.
El maestro hizo una pausa y dijo:
- Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a comer una fruta masticada